Un armario hecho mural
Con esta pieza me encontré ante un trabajo un tanto distinto al habitual puesto que lo que buscábamos era dar toda la importancia de la decoración a las dos puertas de armario recicladas que iban de pared a pared y que llenaban por completo el espacio frente a la cama.
No se trataba de una superficie lisa sobre la que intervenir, sino que cada puerta estaba formada por una serie de rectágulos de cristal, doce en cada una de ellas, que condicionaban la manera de plantear la idea. La paleta de colores debía basarse principalmente en los negros, grises, marrones y ocres. En definitiva, venticuatro pequeñas obras de estilo abstracto que hoy visten por completo la habitación.
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