La butaca de mamá ya tiene sitio
Su dueña la paseba de habitación en habitación, pues al ser de su madre, tenía un gran valor sentimental y no quería desprenderse de ella. Por eso nos decidimos a hacer algo excepcional, dejando a un lado su función como butaca y utilizándola directamente como un lienzo sobre el que intervenir. Tapé parcialmente la tela, mezclando así el pasado con el nuevo diseño. Finalmente quedó en la entrada de la casa como pieza escultórica.
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