Desde el trastero a la habitación
Rebuscando en el trastero, apareció la silla que siempre había estado en la cocina y que un buen día alguien había decidido quitar de enmedio. Su dueña quería volver a disfrutar de ella y le apetecía colocarla en la habitación. Por ello se decidió a restaurarla y a renovar el asiento. Como el trabajo era sencillo y no existían unas preferencias previas concretas, una vez aceptado el presupuesto, propuse, esta vez sin bocetos previos, una alternativa alegre y figurativa. ¡Misión cumplida!